Este modelo es una operación de largo plazo en el cual se compra el activo y se pone a disposición del cliente a través de un contrato de arrendamiento por un periodo definido.
Dependiendo del activo, características de la adquisición, la garantía y representación postventa esta operación se ajusta a las necesidades del cliente para amparar no solo la adquisición del bien sino todos los servicios que se relacionan con el mismo.
Esta es la mejor alternativa para operar activos con altos márgenes de depreciación.
Podemos comprar sus activos menores a 3 años y ligarlos a una operación de arrendamiento operativo donde el cliente no pierde la custodia del bien, mejora el flujo de caja, no asume la depreciación del activo.
Se aprovecha el beneficio tributario, donde se puede llevar el valor del canon al gasto.